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Diócesis de Valle de la Pascua iniciará Jubileo de la Misericordia con la apertura de la Puerta Santa

09 de Diciembre del 2015

Valle de la Pascua||Guárico||Notipascua.- Con motivo del inicio del Jubileo extraordinario de la Misericordia, el próximo domingo 13 de diciembre, la Diócesis de Valle de la Pascua se une a este júbilo con la apertura de la Puerta Santa en la Catedral “Nuestra Señora de la Candelaria”, en Valle de la Pascua, a las 9:30 am, ceremonia presidida por Mons. Ramón José Aponte Fernández, Obispo de la Diócesis de Valle de la Pascua.

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Junto al Obispo, el clero diocesano, religiosas, religiosos  y fieles de toda la Diócesis se harán presentes este día, para iniciar el jubileo diocesano, motivo de alegría y de comunión con la Iglesia en todo el mundo ante esta convocatoria hecha por el Papa Francisco.

El año Santo de la Misericordia se inició este 08 de diciembre de 2015, día de la Inmaculada Concepción, en ocasión quincuagésimo aniversario de la conclusión del Concilio Ecuménico Vaticano II y culminará el 20 de noviembre de 2016.

El jubileo en la Diócesis de Valle de la Pascua, al igual que en Roma, inicia con el rito de apertura de la Puerta Santa.  Atravesar la Puerta Santa es el principal gesto que realizarán los peregrinos, aunque es mucho más que eso. Las personas decididas a hacerlo manifestarán de este modo su decisión de recomenzar una vida de fe.

Señala Mons. Ramón José Aponte, obispo de la Diócesis de Valle de la Pascua,  en su Exhortación Pastoral en ocasión de este jubileo que “entrar por la puerta Santa es también unirnos con nuestros hermanos con quienes formamos el cuerpo de la Iglesia para, de esta manera, profundizar el misterio y el don de la misericordia”

Para la Iglesia Diocesana de Valle de la Pascua también es motivo de alegría iniciar este jubileo con la ordenación de tres nuevos sacerdotes y un diácono, que se realizará una vez abierta la Puerta Santa de la Catedral, a través los cuales los fieles pasaran en peregrinación para ganar indulgencias durante las diversas actividades jubilares determinadas en toda la Diócesis.

Un Año Santo es un periodo especial de reconciliación con Dios que la Iglesia propone a sus fieles, una costumbre que proviene del judaísmo y que los cristianos la instituyeron con el Papa Bonifacio VII en el siglo XIV. En la historia de la Iglesia ha habido 24 jubileos ordinarios y 4 extraordinarios, este de la Misericordia convocado por el Papa Francisco será el quinto.

Señala el Papa Francisco que se ha convocado un jubileo extraordinario de la Misericordia “Simplemente porque la Iglesia, en este momento de grandes cambios históricos, está llamada a ofrecer con mayor intensidad los signos de la presencia y de la cercanía de Dios. Éste no es un tiempo para estar distraídos”.

En la Bula “Misericordiae Vultus” con ocasión de este año jubilar de la Misericordia, entre otras cosas, el Papa Francisco nos recuerda que Jesús revela la misericordia de Dios “El Señor Jesús indica las etapas de la peregrinación mediante la cual es posible alcanzar esta meta: « No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará: una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque seréis medidos con la medida que midáis » (Lc 6,37-38). (MV 14)

Este jubileo también es una oportunidad para poner en práctica las obras de misericordia corporales y espirituales. Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina.

Redescubramos las obras de misericordia corporales: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al forastero, asistir los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos. Y no olvidemos las obras de misericordia espirituales: dar consejo al que lo necesita, enseñar al que no sabe, corregir al que yerra, consolar al triste, perdonar las ofensas, soportar con paciencia las personas molestas, rogar a  Dios por los vivos y por los difuntos.

Que este año jubilar sea un espacio para vivir cada día la misericordia que desde el Padre siempre emana y nos invita a abrir nuestros corazones para recibirla.

Prensa Diócesis de Valle de la Pascua

 

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