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¿Cómo atrapar al Picure?, el delincuente “más buscado” de Venezuela

Uno de los criminales más peligrosos del país, siempre anda acompañado por unos 10 o 12 hampones y se desplaza por el sur del estado Aragua y norte de Guárico. Es conocedor de la zona, por lo que se mueve con facilidad, ayudado por la información de su entorno. Esos factores junto con la complicidad de algunos funcionarios corruptos, han hecho difícil su captura. Su capacidad de fuego ha quedado demostrada en múltiples enfrentamientos con las autoridades.

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Notipascua.- San Casimiro, Camatagua, Guanayen, Barbacoas, El Sombrero, Altagracia de Orituco, Chaguaramas, Las Mercedes y el propio San Juan de los Morros, son zonas donde la Banda de “El Picure” cobra vacuna (extorsiones) a los comerciantes, roba y asesina, sin que las autoridades puedan poner freno a su terror social. Las formas de atraparlo podrían estudiarse en cualquier manual de criminalística. Dos ex comisarios explican cuales serían las técnicas en casos como éste.

Fuentes de inteligencia han revelado el tipo de armas que maneja alías “El Picure” y su séquitos: AK-47, FAL, M-15, R-16, fusiles automáticos de asalto, granadas, lanzacohetes portátiles y rifles de largo alcance.

Desde el Ministerio Público se busca y señala a José Antonio Tovar Colina de 25 años de edad, por la presunción de haber cometido los delitos de homicidio, sicariato, extorsión y secuestro. Varias son las fiscalías que lo rastrean junto con las autoridades de contrainteligencia militar, Sebín y CICPC.

A LA CAZA: El rastro geográfico

Según quien fuera el jefe de la división de homicidios del CICPC Luis Godoy, a través del modus operandi con el que actúa “El Picure”, se va estableciendo la zona donde se presume está operando y eso lleva a trazar un cerco sobre la que se supone es la geografía donde actúa. Este sería el primer paso, ubicarlo geográficamente.

“Eso conlleva, el modus operandi, a (descifrar) la logística que él utiliza, sobre todo cómo se moviliza: carros, motos, que tienen identificaciones. Y  a través de los testigos que aportan información, uno ubica la zona donde fue hurtado dicho automóvil y va siguiendo el rastro del delincuente”, indicó Godoy.

El comisario comenta que una banda como la de “El Picure”, que se mueve en grupo de 10 o 12 personas llama la atención. Con el cerco geográfico que se va montando, se pide la cooperación de las policías regionales, también lo que puedan aportar informantes, delincuentes que salieron de prisión y están en la calle y quieren colaborar, o a través de comerciantes u otras fuentes que va utilizando la inteligencia policial. Por allí, se empieza a seguir la pista del criminal y sus secuaces, los rastros de, por dónde han ido actuando y donde se pudieran localizar.

“La manera en que se movilizan levanta sospecha, utilizan gorras, chaquetas, lentes oscuros, andan siempre en grupo, compran comida y se van, nunca se quedan en un restaurant, y esos movimientos van dejando rastros y es la propia comunidad la que va dando pistas, además del cerco policial que se va creando”, afirmó el comisario retirado.

Asimismo, se visitan a los familiares de las personas que han sido víctimas de las acciones de la banda, para tratar de hacer la respectiva identificación del grupo  (el líder está identificado, así como otros 8 a 9 malhechores de su séquito).

A partir de allí, el comisario Luis Godoy dijo que una vez identificado él o los sujetos, la búsqueda de información se centra en la familia del o los delincuentes.

“Tú vas ubicando a los padres, los datos de los padres, dónde viven los hermanos, dónde están ubicadas las mujeres que tienen, siempre tienen más de una; cuándo las visitan, y vas haciendo una especie de círculo cercano del antisocial, y así vas dejando sentado cuales son los lugares donde él puede vivir o de vez en cuando pueda visitar”, explicó.

De este trabajo de inteligencia, se van colectando los teléfonos celulares con los cuales actúa o se comunica “El Picure”, y es esta una herramienta sumamente importante a la hora de seguir su pista. La telefonía móvil, da certeza en tiempo y espacio sobre dónde podría encontrarse la persona que se busca.

El comisario Godoy hizo un alto en la explicación sobre la investigación criminal, para dejar un punto que para él es de suma importancia en la pesquisa detrás de éste peligroso delincuente: “Evidentemente “El Picure” no ha caído porque debe existir alguna complicidad por parte de funcionarios de los organismos de seguridad del Estado. Debe tener alguna conexión, porque hemos visto que cuando llegan las autoridades a un sitio de suceso, “El Picure” acaba de irse. O sea, que debe tener algún tipo de informante dentro de los organismos policiales”.

Godoy indicó que estos casos se deben trabajar en círculo muy pequeños de funcionarios, para que precisamente, la información no se fugue y llegue a oídos del antisocial buscado y tome precauciones.

Explicó, que en la policía científica se dividen las trazas a seguir: dos funcionarios investigan a la familia, dos hacen telefonía, dos visitan a las víctimas y otros dos verifican los vehículos encontrados o avistados y luego en una reunión al final del día, acumulan toda la información recabada y dictan las directrices a seguir. Aseguró que en escasos 15 días, ya se tienen pistas claras de hacia donde buscar para capturar al delincuente. Por eso no entiende como “El Picure” sigue libre.

Recordó que en el caso del famoso Capitán Avendaño, se hizo un buen trabajo de inteligencia. A él lo agarró una comisión de la Guardia Nacional sin saber que era un delincuente muy buscado. Tenía una subametralladora en el carro, y cuando lo llevan al CICPC y le tomaron las huellas lo identificaron. “Allí se prendieron las alarmas completas porque se había hecho un trabajo de inteligencia previo importante”, aseveró el comisario ganador del Cangrejo de Plata en PTJ por el caso “Los Barbarazos”.

Para el también exfuncionario de la otrora Policía Técnica Judicial (PTJ) Javier Gorriño, el hecho de que “El Picure” se mueva con mucha gente ha dificultado su aprehensión.

Gorriño avala lo dicho por Godoy, esta banda de más de 10 personas hace contactos con funcionarios o personeros de los organismos de seguridad y logra saber los movimientos policiales para escapar, después de haber cometido un hecho punible o huir de alguna “concha” (escondite).

EN MUCHOS CASOS, SON DELATADOS
“Tarde o temprano esos delincuentes van a caer en manos de los cuerpos policiales, por alguna delación, normalmente de su propio grupo. Cuando son bandas muy conocidas, es difícil controlar a todos los integrantes de la banda o, a todos los habitantes de un sector, y es por esto que en cualquier momento se va a producir una información sobre el sitio donde están y se dará con el paradero del temido grupo delincuencial”, afirmó.

Seguramente, agrega el comisario, “habrá intercambio de disparos, pues saben que son una banda muy buscada y estarán pendiente, creyendo que la suerte los va a acompañar siempre”.

Para atrapar o desmantelar una banda como la de “El Picure”, la policía científica trabaja en grupo reducidos de funcionarios, 4 o 5 policías, y van a sitios muy precisos.

“En los años 80 cuando mataron al profesor Gauna, una persona muy querida, muy conocida, uno de los sujetos de la banda que le dio muerte, el llamado “cara de camión”, provenía de una familia pudiente; se llegó a decir que debido a las influencias familiares esta persona se había ido al exterior para lo que se dieron alertas en Interpol, sin embargo, el comisario Fermín Mármol León ordenó una comisión que duró varios meses en la búsqueda hasta que se dio con su captura en el interior del país. ¿Qué ayudó? La presión de la prensa, precisamente porque no era un caso común y eso está pasando con “El Picure”, todos saben quién es, tiene rostro, y eso tarde o temprano dará sus frutos”, aseguró Gorriño.

Que José Antonio Tovar Colina, “El Picure”, ande siempre acompañado, en algún momento dejará cabos sueltos y es donde podría producirse la delación por parte de un informante y de esta manera dar con su captura.

Caso distinto, cuando un delincuente actúa sólo, a menos que se equivoque casi no deja rastros, afirmó el exfuncionario de la PTJ que formó parte del grupo de tres miembros que esclareció el caso del “Monstruo de Mamera”, sonado suceso de los años 80 que llegó hasta las pantallas cinematográficas venezolanas con la película “Macu, la mujer del policía”.

Fuente: El Estimulo.

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